El lenguaje “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena” ( Efesios 4:29 ). Tu manera de hablar dice mucho en cuanto a tu persona. El lenguaje limpio e inteligente es evidencia de una mente brillante y sana. Haz uso de un lenguaje que edifique, que aliente y alabe a los demás; no insultes ni degrades a otras personas, ni siquiera en broma. Habla de manera bondadosa y positiva acerca de los demás a fin de cumplir el mandamiento del Señor de amarnos unos a otros. Si haces uso de un buen lenguaje, invitas la compañía del Espíritu. Utiliza siempre el nombre de Dios y el de Jesucristo con reverencia y respeto; el hacer uso incorrecto de Sus nombres es pecado. El lenguaje o los gestos profanos, vulgares u ordinarios, así como los chistes sobre actos inmorales, son ofensivos para el Señor y para los demás. El lenguaje grosero daña tu espíritu y te degrada; no permitas que otros influyan en ti para que lo utilices. Elige amistades que utilicen un buen lenguaje; medi