La educación


“…aprende sabiduría en tu juventud” (Alma 37:35).


El Señor desea que eduques tu mente y mejores tus aptitudes y facultades. La cultura contribuirá a que seas una influencia para bien en el mundo; te servirá para proveer mejor para ti mismo o para ti misma, para tus seres queridos y para los necesitados.
Ten la disposición de trabajar con diligencia y sacrificarte con el fin de obtener conocimiento. La educación es una inversión que produce grandes recompensas. Vives en un mundo competitivo en el que una buena educación te abre las puertas de las oportunidades que de otro modo permanecerían cerradas.
Durante tu vida, mantén vivo el entusiasmo por aprender; halla gozo al seguir aprendiendo acerca de ti mismo o de ti misma, de otras personas y del mundo que te rodea. Estudia las palabras del Señor y continúa aprendiendo acerca del plan de tu Padre Celestial; que la instrucción de seminario forme una parte importante de tu educación completa.
Doctrina y Convenios 88:77–80

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